Navegando por internet he encontrado ésta carta de un niño a sus padres; creo que nos da buenos consejos para que tanto maestros como padres eduquemos a nuestros hijos y alumnos.
Carta de un
niño/a a sus
padres
No me des todo lo que pido. A veces solo pido
para ver cuánto puedo coger…
No me grites. Te respeto menos cuando lo haces y
me enseñas a gritar a mi también y yo no quiero hacerlo.
No me des siempre órdenes. Si en vez de órdenes a
veces me pidieras las cosas, yo lo haría más rápido y con más gusto.
Cumple las promesas, buenas o malas. Si me
prometes un premio, dámelo, pero también si es un castigo.
No me compares con nadie, especialmente con mi
hermano o hermana. Si tú me haces lucir mejor que los demás, alguien va a
sufrir, y si me haces lucir peor que los demás, seré yo quien sufra.
No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que
debo hacer, decide y mantén esa decisión.
Déjame valerme por mi mismo. Si tú haces todo por
mí, yo nunca podré aprender.
No digas mentiras delante de mí, ni me pidas que
las diga por ti, aunque sea para sacarte de un apuro. Me haces sentir mal y
perder la fe en lo que dices.
Cuando yo hago algo malo, no me pidas que te diga
por qué lo hice, a veces ni yo mismo lo sé.
Cuando estés equivocado en algo, admitelo y
crecerá la opinión que yo tengo de ti y me enseñarás a admitir mis
equivocaciones también.
No me digas que haga una cosa si tú no lo haces.
Yo aprenderé y haré siempre lo que tú hagas aunque no lo digas. Pero nunca haré
lo que tu digas y no hagas.
Cuando te cuente un problema mío no me digas: “No
tengo tiempo para tonterías” o “eso no tiene importancia”. Trata de comprenderme
y ayudarme.
Y quiéreme y dímelo. A mi me gusta oírtelo decir,
aunque tú no creas necesario decírmelo.
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